El estudio del ajedrez en la educación: desarrollo cognitivo

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Autor: Samuel Suarez

 Resumen: El objetivo de la presente investigación es conocer las bondades e incidencias que brinda el ajedrez como juego lúdico en el desarrollo cognitivo, psicomotor y afectivo del individuo desde su infancia, hasta llegar al nivel macro, a través de su contribución en la solución de problemas relacionados con las áreas prioritarias de un país. En cuanto a la metodología utilizada de la investigación es de nivel descriptivo de tipo documental, enmarcado en los principios filosóficos de la hermenéutica. Entre los resultados más relevantes está la identificación de los beneficios que obtiene un niño por la práctica del ajedrez desde la edad más temprana.

 Palabras Clave: Ajedrez, desarrollo cognitivo, rendimiento académico.

 Ajedrez y educación

Piaget se ocupó del juego reglado como parte de su interés por comprender el desarrollo de la reciprocidad social. Desde su perspectiva (Piaget, 1938) toda moral consiste en un sistema de reglas. Postula la existencia de dos tipos básicos de moralidad: la heterónoma, determinada por la autoridad de los padres como algo externo y sagrado, y la autónoma, en la que: “la regla aparece al niño no ya como exterior y sagrada en tanto que impuesta por los adultos, sino como el resultado de una libre decisión, y como digna de respeto en la medida en que es mutuamente aceptada.” (Piaget, 1974, p.60). En el desarrollo ontogenético la primera forma de moralidad antecede a la segunda. En un primer momento la regla se vive como algo impuesto desde afuera, sagrada y sin posibilidad de cambio, pero luego el niño va adquiriendo cierta autonomía que le permitirá el pasaje a la segunda forma de moralidad. Esta moral autónoma se construye en la relación del niño con los otros, aquí el niño llega comprender que las reglas son producto de la propia interacción con los demás y que pueden ser modificadas por mutuo acuerdo. Así, Piaget describe una progresión de estadios de acuerdo al aspecto práctico de la adquisición de normas o reglas y a la conciencia sobre ellas. El primero de ellos es el estado motor e individual, de 0 a 2 años, el niño juega de acuerdo a sus propios deseos y costumbres. Mantiene un juego individual, sin ajustarse a reglas colectivas. Solo se habla en este estudio de 3 reglas motrices y no colectivas aún. El segundo estudio, es el egocéntrico, y se extiende desde los 2 años hasta los 7. El niño utiliza las reglas sociales que conoce a su manera y de forma individual sin preocuparse por lo que hacen los demás pero al mismo tiempo vive esas reglas como inmodificables. Es por esto que Piaget caracteriza a esta etapa como intermediaria, dado que por un lado el niño está dominado por un conjunto de reglas y de ejemplos que se le imponen pero por otro lado no logra un plano de igualdad con sus mayores y utiliza para sí lo que ha podido captar de la realidad social ambiente. Aquí el placer de jugar consiste en desarrollar su destreza. El tercer estadio, se le llama de la Cooperación naciente, se da a partir de los 7 años. Las reglas son generales pero poco consistentes, de todas formas se da una preocupación por el control mutuo y la unificación de las reglas.

 Los jugadores establecen reglas para ganar y controlar el juego del oponente. El niño comienza a concebir el ganar como vencer a los demás y se esfuerza para esto. En este tercer estadio la discusión, la reflexión y la cooperación en el campo del pensamiento, superan progresivamente las afirmaciones sin pruebas y el egocentrismo intelectual. Esta nueva forma de pensar permite la construcción de deducciones propiamente dichas. Esto se alcanzará cuando el niño consiga razonar formalmente, es decir, cuando adquiera conciencia de las reglas y pueda aplicarlas a cualquier caso. A partir de los 11-12 años, se da el cuarto estadio, el de codificación de las reglas, en el que se maneja un código minucioso de reglas, que son consistentes, aunque puedan modificarse si se llega a un acuerdo, y esto en la medida en que el código a seguir es conocido por todos los jugadores. La diferenciación entre el tercer y cuarto estadio, es una diferencia de grado, en este último se destacan detalles de las reglas y su juego se asemeja al razonamiento formal.

Son diversos los autores que plantean los beneficios del juego en el intelecto humano. En 1925 Djakow, Petrowski y Rudik (apud Ferguson 2000) estudiaron a los grandes maestros del ajedrez para determinar cuáles eran los factores fundamentales del talento ajedrecístico. Estos investigadores determinaron que los grandes logros obtenidos dentro del ajedrez radicaban en la memoria visual excepcional, el poder combinatorio, la velocidad para calcular, el poder de concentración y el pensamiento lógico.

Un estudio clásico, Chi (1978) investigó el desempeño en ajedrez en una tarea de memorización de posiciones de piezas en un tablero, con sentido y al azar. Se realizó lo mismo con expertos y novatos. Demostrándose que los expertos recordaban mayor cantidad de posiciones cuando se trataba de situaciones de partidas, pero no existían diferencias significativas en el recuerdo de piezas ubicadas al azar. (Apud Ferguson 2000).

 Este sistema de desarrollo educacional ya tienes sus precedentes en grandes naciones como son Rusia, Cuba, España la primera ha mantenido una hegemonía en la cúspide de la cumbre desde los años 40 con algunas excepciones, lo que ha demostrado lo antes expuesto. Los otros países mencionados también tienen sus méritos gracias a esa metodología empleada.

Las instituciones educativas de Venezuela deben mejorar sus estructuras metodológicas engranándose a un sistema educativo mucho más eficaz para poder así aprovechar todas esas cualidades cognitivas de los estudiantes lo mejor posible.

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